La tarde andaba condicionada por lo vivido horas antes
por el glorioso Real Betis Campeón, alguna que otra bufanda, corbatas
béticas y chaquetas de tonos verdes se vieron por los tendidos. El helicóptero daba vueltas sobre el Baratillo, a veces permaneciendo en exceso como queriendo vislumbrar desde la altura la faena encimista de Esaú o la torería de Javier Jiménez. La tarde
anunciaba a seis toreros sevillanos, que piden más pero que sólo han podido conformarse con esta oportunidad, dentro de las combinaciones de la Feria de Abril, con un encierro de Ave María-Santa Ana, que no fueron a la
postre, el mejor lienzo para poder sacar lo que cada uno llevaba dentro y en donde se estrellaron tantas ilusiones. Pero
aún así, Alfonso Oliva Soto, demostró que su poso de torero, está en aumento, con el sabor que dan los años, ese que
nos hace esperarlo desde hace más de una década. Porque el de Camas, pide más y mejores
oportunidades. Y no podemos olvidarnos del temple de Ángel Jiménez que supo aprovechar la oportunidad que le brindó el toro de Virgen María que cerraba el festejo. El resto
de la terna estuvo por encima de sus oponentes, pero la actitud de
los toreros se estrellaba con la aptitud de los astados, bien presentados pero de desigual juego, donde debemos de destacar el capote de templado de Borja o la voluntad de Paco Lama ante, un precioso burraco que mermó sus fuerzas, tras encelarse en exceso con el caballo.
Lo
triste, es que de momento, de nada ha servido que Oliva Soto o Ángel Jiménez, aprovecharan la oportunidad y vengan pidiendo más, porque quien tiene la posibilidad de contratarlo ha
preferido dejar en mano a mano el cartel que ya tenía un hueco. La tarde que era de cante grande en verdiblanco, no pasó de cante chico en el Baratillo.
Foto: Pagés/Tauromedia
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