Iba la faena de El Juli a su
primero "in crescendo", cuando una voz comentó casi en susurro: “- Si El Juli quiere es capaz hasta de
indultarlo… y entonces vamos a tener lo de Matilla hasta en la sopa…” pero por
alguna razón al torero de Velilla no apuró o no sacó, lo que en otros tiempos
no muy lejanos hubiera sacado sin complejos, quizás sea la nueva dimensión de
su tauromaquia, o quizás, que para eso doctores tiene el toreo, que El Juli prefirió
dejarlo como estaba, y lo que en otros tiempos hubiera sido un toro de estos
que le hubieran entreabierto la Puerta del Príncipe se quedó en una oreja con
fuerza, aunque si lo pensamos fríamente era una oreja de estas baratas que se
han puesto de moda en esta temporada en Sevilla tras matarlo del habitual "julipié". A Manzanares, por su parte le tocó
en suerte el lote más potable de sus apoderados, el primero un toro manso pero
manejable al que toreo a favor de querencia y quien sabe de si no haber marrado
con la espada no hubiera cortado una “orejita” como la que cortó en el quinto, un
toro que a pesar de su invalidez acudía con cierta clase a los engaños y que en
la muleta metía la cara aunque las fuerzas terminaran fallándole y acabara desplomado en terrenos de chiqueros.
Manzanares, conocedero de los terrenos y de las características del toro, lo
mató a recibir de una fulminante estocada de las suyas y cortó una oreja de
esas que no recordaremos pasado mañana. Y Ureña, puso la emoción en la tarde,
ante el peor toro del encierro, descastado, huidizo, que cogió de mala manera a
Azuquita -aunque sin consecuencias- cuando guardaba al caballo que hacía
puerta, y con el que el de Lorca estuvo muy de verdad, jugándose el tipo, y
tragando lo indecible para sacarle algunos muletazos, como los que le sacó al
citar de frente al natural, mientras sonaba la música a su aire, como si la
Maestranza fuera de esas plazas donde la música suena con independencia de lo
que ocurre… A pesar de ello, la verdad de Ureña es incuestionable pero la oreja
que cortó no es de recibo ante tamaño bajonazo. Como alguien me decía al salir,
esta plaza ya no es lo que era….
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