Quizás porque la tauromaquia y el Betis van de la mano
desde mucho antes que tuviéramos un presidente llamado Ignacio Sánchez Mejías, quizás
porque nuestro equipo siempre fue de Puerta Grande o Enfermería, capaz de hacer
del Manquepierda más que una forma de
vida, de tardes de broncas clamorosas -que ni Cagancho en Almagro- o de genio y
arte en que el mejor CurroBetis
poblaba de pañuelos los graderíos. Y es que simplemente el Betis es el arte.
De todo ello, nos acordábamos ayer tarde mientras las
camisetas de las 13 barras hacían el
mejor balompié en el templo del fútbol arte, que es el Campo Nuevo, y donde
como diría Montero Galvache durante muchos minutos fue bético hasta el aire.
Así, mientras las bufandas verdiblancas lucían al
viento, nos acordamos de aquella otra tarde, en que, en la misma Ciudad Condal,
en la Cátedra de la Monumental, un bético, José Antonio Morante de la Puebla, bordó
el toreo y una camiseta del Betis junto a una senyera cruzaron el umbral de
aquella Puerta Grande a los gritos de Libertad… Y es que unir Betis, tauromaquia
y Cataluña, no son una casualidad.
Aquella tarde en Barcelona, como en otros tiempos, una
multitud enfervorecida se llevó a Morante a hombros por la Gran Vía de Las
Corts hasta el Hotel. Como seguro en otros tiempos se hubieran llevado a los
jugadores del glorioso, tras la demostración de fútbol-arte de ayer.
Permitidnos que este cartucho se dedique a esos béticos
de la novena provincia aficionados a la tauromaquia, que no pueden acudir a los
toros en Cataluña y que hoy lucen orgullosos su sentir futbolístico. Porque al beticismo
y a la tauromaquia, los une el binomio del arte, ese que algunos boicotean cuando
se representa hasta en fotografías como en el caso de Juan José Padilla -merecido
Premio Nacional de Tauromaquia- o del Dalí de la Puebla. Y es que a pesar de
los boicots, La Fiesta que es arte, manque algunos les pese, está viva en
Cataluña.
Por ellos, béticos y taurinos, que aquel día, gritaban
libertad desde los tendidos de la Sport y a los que tantas tardes abrazamos en
los tendidos del Arenal, por ellos y por nosotros, por los que estamos y por los
que estarán -porque Cataluña es taurina- sólo esperamos que algún día, podamos
ver de nuevo a un torero vestido de Betis y Oro haciendo el paseíllo en la Monumental.
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