Ha sido al abrir un libro, y ahí estabas tú, en aquella vieja foto de un lejano Jueves Santo en ese mismo lugar, que siempre ocupamos los tuyos. Sí allí, en una Campana tan igual y tan distinta, sin vallas, con sillas de eneas, vendedores de arvellanas y el que pasaba vendiendo 'er Pograma'... Tarde de Jueves Santo, de mantillas por San Lorenzo, besamanos y Oficios y el olor inconfundible de la candelería gastada, y mientras nosotros en La Campana, contigo, pidiendo caramelos y cera, mientras pasan Los Negritos y a lo lejos ya se acerca la Cruz de Guía de Santa Catalina... Cuantos recuerdos contigo de aquellos Jueves Santo en que nos quedábamos de tu cuidado, y recordar de nuevo la anécdota del abuelo de aquel año que salió en esta Cofradía con las sandalias de su hermana Reyes, -¿pero abuelo si tú no eras hermano...?
...Y ya se acerca el paso de la Virgen de las Lágrimas, pura miel chorreando en sus platillos de cristal mientras ya hay quien espera con impaciencia a su Victoria...
Días felices de una primavera que se fue, igual que un día llegó aquella mañana, que ya no verían tus ojos, de primer domingo de Cuaresma, tíbia que cuentan algunos, pero para nosotros fría como la escarcha en que casi sin darnos cuenta eramos ciegos errantes no queriendo ver la realidad que se mostraba ante nuestros ojos...
Cuando se cumplen veinte años de aquella mañana en que sentimos la realidad vacía de la vida que se había marchitado, comprendimos al poeta de Moguer, con su huerto,su pozo, su árbol verde y sus pájaros... pero sabemos que miestras te tengamos en nuestro
pensamiento aunque sólo sea un segundo, al buscarte entre las estrellas, siempre estarás con nosotros.
Que nuestra vida pasa, unos se van y otros llegan, igual que un día marcharemos nosotros, pero el legado siempre queda, plantado en el huerto de nuestras vidas, bajo el mismo sol y el mismo cielo, siempre el recuerdo de lo que aprendimos de tí, mientras sigue, siempre sigue, el sonido de los pájaros cantando.
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