En estos tiempos en que la fiesta necesita de revulsivos, se demuestra que una vez más son los propios taurinos, los que realmente viven de ella, los que se encargan de darle la puntilla.
La Feria Mundial del Toro, ha sido todos estos años una cenicienta de FIBES, que ya desde su primera edición, se comprobó que no cumplía las expectativas, pues aquello no tenía el público que arrastraba el SICAB, al que siempre, por mucho que lo nieguen, se pretendió emular y así anualmente los contenidos fueron menguando para un año terminar dándole el cerrojazo con la excusa de una convención de la OTAN y ver que la decadencia aconsejaba convertirla en una feria bianual, que ha sido a la postre su gran perdición.
Pero todo lo anterior son excusas, porque lo que realmente fallaba allí era el apoyo de quienes de verdad son la fiesta, aquellos que lejos de abrir la Feria Mundial del Toro se encerraban en ella para convertirla en su propia feria de las vanidades.
Son ellos, precisamente quienes viven de la fiesta y del toro, quienes no han sabido o a lo peor no han querido rascarse los bolsillos y que aunque ahora se esconden tras el burladero de la falta de apoyo de las instituciones, - dicen que han faltado sólo 300.000 € del millón que costaba el evento – quienes realmente le han dado la puntilla a esta Feria, cuyo fin no era otro que fomentar el mundo del toro.
Es muy triste que en estos tiempos en que hay que dar la cara y sacar pecho por la fiesta sean los propios taurinos quienes le den la puntilla al toro del fomento de la afición, al fin y al cabo, son esos mismos que cuando llegan las ferias empiezan a darnos la puntilla a los aficionados, cuando nos currán con los precios de los abonos y las entradas que huyen de fomentar la afición y donde se ofrecen unos festejos, en los que cada día se fomenta, eso sí, el dar gato… por toro.
2 comentarios:
Simplemente es el reflejo de la situacion actual, los taurinos a lo suyo y los aficionados nos quedamos sin lo que mas queremos...
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