sábado, 23 de octubre de 2010

Luna de otoño


Tienen estas noches tibias de octubre, aires de primavera, como de cuaresma adelantada, sólo que en vez de traernos la luz de pascua florida, esta espera se romperá con los fríos que irán anunciando los gozos de diciembre, pero mientras esperamos el aroma del primer brasero, el aroma del café de una tarde de domingo entre delicias de convento; bollitos, yemas o tortas de polvorón; nos han llegado como cada octubre los sones de quienes rezan por sevillanas ante la Virgen Chiquita, aires trianeros por el mes del rosario, recuerdos antiguos de San Jacinto nostalgia aprendida que ya empezamos a legar a quienes hoy estrenan por primera vez una cinta verde de la que pende una pequeña medalla...

Y a la vuelta del barrio, tras santiguarnos en la capillita del Carmen en nuestro regreso a Sevilla, con la espera de volver siempre al barrio de nuestra vida, vimos por los ojos del puente como la luna llena de otoño se reflejaba en el río, con el plenilunio de octubre sentimos la brisa fresca que subía desde Sanlúcar y al volver la vista atrás, vimos el barrio iluminado con en el resplandor del recuerdo de tantas cosas que ya se fueron y que sólo la vida sabe si un día volverán.

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