Hace justo un año, salíamos del Villamarín con la alegría de un triunfo ante el Real Madrid y con la primera feria de importancia en el esportón, no eramos conscientes de que no podríamos volver al final de la Palmera para reencontrarnos con la ilusión que viste de verdiblanco y oro y no podíamos ni imaginarnos que la de Olivenza sería no sólo la primera feria taurina de importancia del año, si no los únicos festejos hasta que llegaron las Colombinas a primeros de agosto... y es que los hubo que llegaron a Heliópolis directamente desde Olivenza, ilusos de que los carteles ya anunciaban que el negro burel del coronavirus ya andaba enchiquerado en la plaza de nuestras vidas.
Hace un año, el tranvía cruzaba la Avenida anunciando a los toreros que no veríamos en la Feria que no fue, entre negocios llenos de vida, que hoy se anuncian en un cartel naranja y azabache un Se Alquila, un Se Traspasa o en catafalco y azabache un Cerrado por Defunción.
La vida hace un año se nos paró en seco, igual que se paran los toros que mansean de salida en la puerta de chiqueros, y desde entonces hemos vividos confinados, reviviendo una y otra vez el día de la marmota, aunque los brotes verdes de la gira de la reconstrucción y los oasis del Puerto, Linares o Jaén nos trajeran la ilusión de volver a revivir una tarde de toros, todo ello en medio de esa mal llamada nueva normalidad que se nos atraganta entre anuncios de nuevas cepas que vienen y vacunas que no terminan de llegar.
Un año después, los carteles de Sevilla para la nueva primavera sin Fiestas Mayores, parecen viven metidos en la nevera, esperando sacarlos en el momento en que la autoridad permita ocupar el 50% del aforo, carteles de ilusión y reiteración, pues es alto el porcentaje de toreros que se acartelan más de dos tardes, y se ve poca intención de dar entrada a toreros que están llamados a regenerar la fiesta, si es que realmente los hay que quieren regenerar algo.
Pero en medio de todo esto, surge un cartel en Morón de la Frontera, con un mano a mano, y un elenco de ganaderías de nuestra provincia, que es un golpe de aire fresco en la tarde de un extraño Domingo de Ramos sin Cofradías, dicen que apenas entraran mil personas, pero el primer paso ya se ha dado para echar a andar la temporada taurina que nos haga revivir el supremo arte de la tauromaquia.
La vida son carteles como estos que ilusionan mientras los otros carteles en los escapates vacios no rompen el alma, pero mientras nuestro Betis, parece que quiere cambiar su sino y revestirse de las prendas de aquel Eurobetis que quien sabe si no reverdece en aquellos viejos laureles de nuestra gloria.
Tiempo habrá para hablar, largo y tendido de los carteles, pero antes pensemos en el futuro inmediato, que hoy salga por la puerta de cuadrillas el Betis de las grandes tardes para que muy pronto podamos ver anunciadas en carteles de seda, otras cimas vestidas de verdiblanca.
Del Cartucho de Pepe Luis en el programa Verde y Oro de Radio Betis 08/03/2021
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