Desde Valencia allá por marzo hasta Zaragoza en Octubre la temporada taurina de 2020 ha pasado in albis, con las excepciones hechas de Colombinas en Huelva y San Lucas en Jaén y con las guindas de las extraordinarias corridas del Puerto y Córdoba gracias al empeño de Lances de Futuro a pesar de los vientos acomplejados de los que presumen de estar por el fomento de la Fiesta y las piedras en el camino de los propios taurinos, quizás porque en el taurineo militante esas mismas piedras caen sobre su propio tejado endogámico y viciado.
La pandemia salió por los chiqueros antes de Fallas y desgraciadamente a estas alturas de la temporada parece como si los clarines del miedo hubiesen avisado para que se retiraran los picadores y entraran los banderilleros para que con los avivadores traigan esta segunda ola de la enfermedad.
Pero como todo no va a ser malo, en la balanza de lo positivo hay que pararse en tres nombres propios, Enrique Ponce, que cuestiones sociales aparte ha dado la cara allí donde se ha anunciado, demostrando porque lleva tantos años en la cima y el porque es una figura del toreo, Morante de la Puebla con la gran faena de la temporada en una plaza de primera, como es la de Córdoba de Córdoba y Juan Ortega, la gran revelación para muchos, pero que para quienes algo le conocíamos sabíamos que ese diamante estaba ahí a poco que saliera el toro esperado, y así ocurrió en la tarde de Linares y con la grandísima faena de Jaén, que le ha hecho acaparar todos los premios de la pasada Feria de San Lucas.
Quizás, porque soñar es gratis, muchos queremos ver a Morante y a Juan Ortega acartelados con Pablo Aguado, y si pudiera ser en el coso del Baratillo mejor que mejor…. Desgraciadamente no está en la mano de este aficionado configurar este cartel, para la temporada 2021, pero de darse en algún punto de la geografía española, se de muchos que no nos importaría jugarnos el tipo frente al COVID por verlos juntos en una plaza de toros.
Foto: Carmen Moya / Aplausos
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