A propósito de las jornadas celebradas hace unos días en la Maestranza, por
la Cátedra Ignacio Sánchez Mejías de Comunicación y Tauromaquia de la
Universidad de Sevilla que han llegado a su X edición y que han tratado sobre los valores de la Tauromaquia y las mejores estrategias para
difundirlos, y coincidiendo que en estos días se cumplen los XXV
años de la Fundación de la Tertulia Taurina Universitaria y de los treinta que este
curso cumplirá Aula Taurina, nos surge una reflexión sobre el fomento de la
fiesta para quienes en estos tiempos y en los futuros les corresponderá tomar
el testigo de la afición por la fiesta, primero como público y después como
aficionados.
Es cierto que los tiempos pueden haber cambiado, y que hoy día no sea tan
fácil, como por entonces, acercar la Fiesta a los jóvenes. Pero no es menos
cierto que cuando por poner un ejemplo llegan las novilladas de promoción en
julio, con precios asequibles y con el boca a boca, el coso del Baratillo
se llena de un público joven - puede que quizás algo festivo - que debiera
ser el caldo de cultivo para el aficionado del futuro.
Quizás estén lejanos
aquellos tiempos en que una figura del toreo era capaz de paralizar la vida de
un campus universitario, hasta tener que suspender un coloquio, y no por la
presencia de torofóbicos boicotedores, sino por qué se desbordó el aforo del
salón donde habría de celebrarse el acto, o que los cursos sobre los principios
básicos de Aula Taurina - que este curso ha cumplido su vigésimo sexta edición-
duraban a lo largo del curso, con una afluencia de chavalería más que digna.
Aquellas conferencias y jornadas de entonces acercaban savia nueva a la
Fiesta en general y al toro en particular, y fueron muchos quienes tuvieron la
suerte a través de estas asociaciones de forjar una afición que hoy día,
pasados los años, nos hace encontrarnos en los tendidos de lugares lejanos al
Arenal. De su mano, muchos no sólo entraron por primera vez en una plaza de
toros, sino que se acercaron al toro en el campo, e incluso con la creación de
la ET de Sevilla los hubo que labraron una carrera, pues los hay que terminaron
convirtiéndose en profesionales de la fiesta.
Llegan tiempos en los que
ser taurinos debe dejar de ser un estigma y ejercer como tales, incluso si es necesario
haciéndolo constar en un currículum, -como se llegó a comentar en las Jornadas de la Sánchez Mejías- porque en las manos de la afición está
legar la fiesta que amamos a las generaciones futuras, porque como alguien dijo
hablar de toros es incluso más divertido que ver una corrida de toros y el fomento
de la Fiesta sólo puede ser llevada por quienes tienen en su mano el poder
divulgar la fiesta entre los jóvenes, cuyo interés está más latente de lo que
creemos.
Desde aquí agradecemos a estos entes, Aula, Tertulia y Cátedra su
divulgación por la tauromaquia a los jóvenes -y a los no tan jóvenes- en estos
años y sólo esperamos que sepan poner el altavoz para que estos actos sean el
perfecto señuelo para enganchar a los futuros aficionados y público en general a
la fiesta de los toros.
Del Cartucho de Pepe Luis en el programa Verde y Oro de Radio Betis 03/12/2018
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