Han pasado ya cinco años desde aquella noche de lágrimas de alegría a la vera del Manzanares en que sin duda fue uno de los días más felices de nuestras vidas y por entonces no nos podíamos ni imaginar lo que aún nos quedaba por vivir, con aquellos partidos contra el Mónaco en la previa de la Champion, el Barcelona en la final de la Supercopa de España y aquellos rivales europeos entre otros el todopoderoso Chelsea y el histórico Liverpool enfrentándose a la históricas trece barras verdiblancas.
Han pasado desde entonces cinco años de aquello, y así estaba el Betis, fiel a su historia jugándose el volver a ser lo que es por derecho propio teniendo que estar más pendiente de lo que hacen otros que de lo que hace el mismo.
Dolía ver la Palmera atestada de gente para llenar el campo del Betis, desde ancianos hasta los niños de pocos meses que estrenaban por primera vez en su vida los centenarios colores verdiblancos... Todo para nada, por culpa de quien ya sabemos, y si alguien no lo sabe los grito aquí a los cuatro vientos: ¡¡Lopera vete ya!!.
Por eso las lágrimas de Capi al ser sustituido por última vez nos llegaron al alma, porque en sus lágrimas de verdad estaban las lágrimas de quienes son y se sienten del Betis, las lágrimas de los niños que nos cruzábamos a la salida del estadio, esos que lloraban su beticismo y que con su mirada parecían pedirnos una solución que desgraciadamente no está en nuestras manos, de los que esta mañana a pesar de todo se enfundaran sus camisetas del Betis porque hay cosas que no entienden de ligas ni de categorías, ni tan siquiera de quienes juegan ya sea sobre el campo o desde un despacho con un sentimiento.
En las lágrimas de Jesús Capitán, Currocapi de Camas en la voz de Melado, iban esas lágrimas de tristeza de quienes son el Betis por que es algo propio de cada uno, de los que a pesar de las circunstancias nos sentimos hoy aún más presos de las trece barras de su escudo, del que esperamos que algún día muy pronto podamos liberarnos de quien hoy con su estilo y sus formas no deja que tengamos un Betis libre.
1 comentario:
El único que sentía el verde y el blanco en el vestuario. Un capitán absoluto.
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