Quizás debiéramos de preguntarnos si quienes hacemos la Semana Santa con nuestras actitudes somos culpables de romper la magia del momento o si quizás hemos globalizado tanto nuestra Semana Santa que somos incapaces de saber guardar para nosotros, ese punto que en otros tiempos no hubiéramos señalado jamás como lugar reseñado en los programas. Y así sin ir más lejos, esta marcha Margot ha perdido el encanto pues la hemos escuchado más de lo aconsejable y en momentos que no hubiera pasado nada si en vez de sonar esa marcha hubiera sonado cualquier otra. Las modas en las cofradías tienen estas cosas, y quien sabe si dentro de algunos años, escuchar Margot pueda parecer una rareza.
sábado, 10 de abril de 2010
La vulgaridad de Margot
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario