jueves, 23 de febrero de 2017

Abriendo cerrojos


Una vieja libreta con las cubiertas decoradas con el cerco seco de un vaso, aquella estilográfica con tinta negra ya reseca,que tanto supo de apuntes hasta que llegaron los pilots y la jubilaron para siempre, un viejo mechero de martillo, el olor reseco de un viejo paquete de tabacos vacío, la caja de puros de Condal & Peñamil con el olor del cedro que aún embriaga, unos sobres con cartas que ni siquiera somos capaces de volver a abrir, quizás por el pudor de no querer recordar aquellas lágrimas de entonces que hoy sólo traerían una sonrisa complice... Sí, hoy he vuelto a subir al viejo Soberao buscando algo que un día escribí, y entre tanta naturaleza muerta he visto ilusiones renacidas... ¿Quien sabe? quizás sólo sea flor de un día, reaparición y despedida... Pero nos hemos dicho ¿Porqué no...? Sólo quien tiene la llave puede abrir la puerta, hemos dicho, adelante, y hemos abierto los viejos cerrojos... A ver que sale.

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