Lo siento, necesitaba la luz, por que tanta agua nos agobia. Y es que el agua nos estaba robando la claridad de las ideas y nos estaba dejando sin disfrutar de esta cuaresma de paraguas y gabardinas que te impide disfrutar de una día de quinario o una tarde de besamanos o del secreto descubrimiento del primer botón blanco en un naranjo.
La luz, hoy ha podido con las tinieblas y el azul de tu cielo nos ha llenado como la otra tarde viendo a Morante con ese terno azul lleno de gracia.¿Qué más da el frío si hoy tenemos la realidad que un poeta llamó vira de oro de las tardes de marzo ...?.
La cuaresma avanza, puede que lo de hoy sólo haya sido un espejismo, y mañana volvamos a tener aguas, y no precisamente del Museo, pero cuanta falta nos hacía disfrutar de un día marcado por la luz de la ciudad que ya nos espera, mas que le pese siempre a algunos carcamales de pipas en boca y falsos delirios.
4 comentarios:
Tarde o temprano tenía que llegar, esperemos que se quede con nosotros un buen tiempo, y que podamos disfrutar de una primavera con to sus avíos como Dios manda.
¡Un saludaso!
Esta misma mañana tomando un café a primera hora ha llegado un tío al bar quejándose de la rasca que hace y he tenido que replicarle: ¿qué prefieres dejar el abrigo y seguir con el paraguas y ponerte 3 o 4 capas y sonreir con el sol? Yo lo tengo claro. Y que no se vaya, por favor, que el azahar tiene que cuajar de una vez.
Un saludo.
Ya queda menos para que nos deje este agua cuaresmal.
Un abrazo y avisa cuando empiece a oler por San Lorenzo.
Yo me fui a Sanlúcar a ver el color del río, ahora quiero que me embriague la luz del azahar sevillano.
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